jueves, 3 de marzo de 2016

El hada Melusina

Elinas, Rey de Albania estaba de caza por el bosque cuando encontró a Pressina, una hermosa mujer de la que se enamoró perdidamente. Tras mucho tiempo insistendo, Elinas logró convencerla de que se casase con él, la bella mujer aceptó el matrimonio, pero sin antes hacerle prometer que nunca entraría a su habitación para verla mientras durmiera, diese a luz o bañara a sus hijos.
Tiempo después, Pressina dio a luz a tres hermosas niñas destinadas a ser hadas, a las cuales llamó Melusina, Mélior y Palestina. El rey vencido por la curiosidad rompió su promesa y cuando Pressina se dio cuenta de la falta de su marido, abandonó el castillo llevándose a sus tres hijas, y se fue a vivir a la Isla perdida de Avalon.
15 años después, Melusina le preguntó a su madre por qué habían huido de Albania, Pressina ante la pregunta de su hija decidió contarle la historia de la promesa rota de su padre, Elinas. Melusina se enfureció mucho y quiso vengarse, con ayuda de sus hermanas fue a buscar a Elinas. Cuando lo encontraron lo encerraron junto con todas sus riquezas en una montaña encantada.
Pressina al enterarse de lo que habían hecho sus hijas, se enojó y decidió castigar a su hija Melusina, a la que condenó a convertirse en una serpiente de cintura para abajo todos los sábados de su vida. Si encontraba a un hombre que la desposara, este podría vivir con ella todos los días de la semana, excepto los sábados que era cuando la joven tomaba la forma de mitad mujer, mitad serpiente.
Una noche, cuando Melusina caminaba por un bosque de Francia encontró a Raymondin de Poiteu, hijo del Conde Forez, desesperado por haber matado accidentalmente a su tío cuando estaban de caza. Se encontraron en la “Fuente de la Sed” y fue ahí, donde Melusina consoló a Raymondin y le aconsejó la mejor forma de explicar la muerte de su tío a sus hijos.
 Raymondin sintiéndose agradecido por los consejos de aquella bella mujer, de la cual se enamoró, le pidió matrimonio y Melusina aceptó. Al igual que había hecho su madre, le hizo prometer a Raymondin que nunca intentaría verla durante los sábados. Tras años de matrimonio, Melusina con ayuda de otras hadas construyó el castillo de Lusignan en el que vivieron a partir de entonces. Ella dio a luz a 10 preciosos niños. Durante un sábado por la noche, mientras la feliz pareja ofrecía un gran banquete en su castillo, un hermano de Raymondin, le insinuó que Melusina se negaba a verlo los sábados porque seguramente estaría reuniéndose con algún amante. Raymondin en un principio se negó a escuchar las palabras de su hermano, pero no tardó en sentirse celoso y ante ello subió a la habitación de su amada, a la cual espió mientras se bañaba, fue allí donde descubrió el gran secreto.
Se sintió avergonzado por haber roto su promesa y decidió no contarle nada a Melusina.
Tiempo después, Geoffroy, el sexto hijo, tuvo una disputa con su hermano Freimond y lo asesinó, junto con el resto de los monjes que habitaban en el convento en el que residían. Raymondin se sumergió en una rabia que lo cegó y acusando a Melusina de traer la desgracia a su familia, la llamó serpiente; fue en ese momento en el que Melusina se dio cuenta que su marido había roto su promesa y conocía su secreto. Melusina sintiéndose profundamente ofendida y furiosa huyó volando del castillo de Lusignan, dejando la promesa de que volvería sólo a llorar la muerte de cada uno de los Lusignan.

De Raymondin sólo se sabe que arrepentido por su actitud se fue a la Montaña de Monserrat donde murió. De Melusina se cuenta, que muchos la vieron volando alrededor del castillo cada vez que algún descendiente de su familia iba a morir, hay quienes afirman haberla visto bañándose en la “Fuente de la Sed” donde conoció a su amado Raymondin.

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